El siglo 21 se ha caracterizado por ser la época de la tecnología, así lo demuestran los avances tecnológicos en el mundo, sin embargo, en Venezuela esa realidad es cada vez más cuesta arriba, debido a las dificultades de conexión vía Internet, equipos modernos, profesionalización y capacitación.
Un informe del Observatorio de Universidades (OBU), refleja que en el área tecnológica las universidades del estado Lara padecen un retroceso evidente y decadente, el cual perjudica a profesores y estudiantes.
Durante el 2018 la encuesta reveló que el 20 % de los profesores nunca tuvo acceso a Internet en su lugar de trabajo, cifra que incrementó en 2019 a 67 % del total de los docentes.
Para los estudiantes también empeoró la situación, cerca del 33 % en 2018 no gozó de Internet en su casa de estudio y en 2019 esta cifra se agudizó a 58 %, lo cual demuestra que el Estado venezolano viola el derecho humano al acceso libre y seguro a Internet al no cubrir los mantenimientos en las casa de estudios superiores.
Falta de conexión perjudica condiciones de trabajo y estudio
Darwin Romero, director de la carrera ingeniería en informática en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), explicó que “la conectividad es un factor fundamental en un entorno de aprendizaje basado en tecnología, el cual, en su ausencia, afecta sustancialmente las condiciones de trabajo y estudio”.
Sin embargo, la falta de este derecho representa un obstáculo para el trabajo y estudio de la población universitaria, afectando negativamente el cumplimiento de las jornadas laborales.
“Es importante que la universidad pudiera contar con los recursos suficientes para mantener una infraestructura tecnológica actualizada y de primer orden que soporten todos los procesos administrativos y académicos, especialmente para el área de investigación y desarrollo”.
Darwin Romero
Hurtos y computadora obsoletos son otros obstáculos
Simón Urbina, estudiante de ingeniería agroindustrial y miembro de la Federación de Centros Universitarios de la UCLA en declaraciones a OBU, aseveró que en el mes de diciembre de 2019 “desvalijaron el laboratorio de computación de este programa de formación de pregrado, llevándose en total 25 computadoras, todos los reguladores de voltaje, cables y regletas”.
OBU reflejó la poca disponibilidad de equipos computarizados, una limitante que impide a los profesores tener acceso a las computadoras, la cual creció de 29 % en 2018 a 76 % en 2019.
Cortes eléctricos
Otra realidad que aqueja el desarrollo de nuevos profesionales son los cortes eléctricos que ocurren a diario en el estado Lara, los cuales perjudican a los estudiantes.
“La carrera exige que se esté detrás de un equipo electrónico que necesita fundamentalmente electricidad e internet. Si hay un racionamiento eléctrico en la Universidad o en la casa es un tiempo perdido, que limita por completo a alguien que estudia esta carrera”, reveló Nicolás Sira estudiante de los últimos semestres de ingeniería en informática de la UCLA.
Teléfonos inteligentes una alternativa limitada
El informe estableció que 81 % de los estudiantes señala que tiene un teléfono inteligente que le facilita obtener información para sus estudios. Para cumplir con actividades, la mitad de los profesores y estudiantes universitarios de la entidad larense manifiestan contar con plan de datos en su teléfono.
Mientras los docentes utilizan con frecuencia su teléfono para acceder a información relacionada con su trabajo, ocasionando que a más de un tercio no le alcance el plan de datos en un lapso de 30 días.
Esta situación se repite con los estudiantes, quienes también tienen como límite el plan de datos para acceder a información relacionada con sus estudios en el mismo lapso. No obstante, 45 % no cuentan con suficientes datos móviles para realizar investigaciones y actividades académicas.
Anderson Piña Pereira
Foto: Archivo/referencial