Gritos desesperados se oyen afuera de las casas de salud públicas y privadas en Guayaquil. Cientos de personas agonizantes esperan ser recibidas para tratarse del COVID-19.
Los cuerpos de quienes han fallecido en los domicilios empezaron a ser arrojados en las aceras, en esquinas, portales o depósitos de basura, embalados, hoy ya son 450 cuerpos por recoger.
El diario El Universo, de Quito, reseñó que «no hay cifras oficiales sobre cuántas personas han muerto y los cuerpos no han sido retirados, tampoco sobre los levantamientos ejecutados. No obstante, según un listado que tiene la Policía para acudir a los levantamientos y a la cual pudo acceder este Diario, el martes habían registrados casi 450 cuerpos en la lista de espera para ser retirados de las viviendas.
El epidemiólogo, Marcelo Aguilar, docente de la Universidad Central, sostuvo que el cuerpo inerte de una persona, en sí mismo, no transmite el virus, sino que el riesgo está en la manipulación de sus secreciones, que en ocasiones son más pequeñas que una gota de saliva, y en la posibilidad de que se hagan velatorios o actos masivos.
Foto vía: El Universo