Abundan en las redes sociales los memes sobre el sobre peso ganado durante la cuarentena. Ciertamente, los cambios bruscos en la alimentación es uno de los efectos de esta situación a para la que nadie estaba preparado.
La ansiedad causada por la incertidumbre, provoca una falsa sensación de hambre o ganas de ‘masticar’ algo, explican expertos en nutrición quienes explican que la gente está sometida a un estrés prolongado, un estado anímico que eleva la hormona que regula la sensación de hambre.
Esto favorece la ingesta de alimentos, particularmente los ricos en grasas y azúcares a fin de compensar la falta de dopamina y saciar el hambre, explicaron a El Nacional
«Actualmente las personas compran snacks, refrescos y chucherías en exceso para invertir el tiempo en comer. No tienen autocontrol. La comida en esta crisis es un consuelo, un calmante y un ansiolítico que baja la ansiedad», afirma la especialista en Nutrición Clínica de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria, UNITCA, Merling Maldonado.
Ella recomienda mantener los horarios de comidas y dedicar entre 1 a 2 horas al día a la actividad física. Es vital intentar bajar el estrés, la ansiedad y la incomodidad que el encierro genera. «Esto aplica para todos: hay que relajarse. Tratar de soltar la emoción, expresarlas y no guardárselas», señala.
Por su parte, la nutricionista y dietista Franyelin Colina, advierte que, al momento de ingerir alimentos, se debe identificar si se tiene apetito o hambre, lo cual se puede establecer dependiendo de cuántas horas de ayuno se tenga.
«El apetito está relacionado con el estrés. Cuando aparece exige el consumo de un determinado alimento. El hambre, por su parte, aparece poco a poco y es una respuesta corporal ante la necesidad de energía».
Al momento de comer, Maldonado recomienda aplicar una alimentación consciente: no comer si no se tiene hambre, respetar el espacio de la alimentación, no interrumpirlo con distracciones como la televisión, masticar despacio.
La nutricionista insiste en que se debe tratar de comer de todo ya que no es el momento de hacer dieta. Lo ideal es mantener hábitos de alimentación saludable como evitar las bebidas alcohólicas y alimentos ricos en carbohidratos simples y grasas.
No hay alimentos buenos ni malos. Hay alimentos que se preparan de forma correcta y otros de forma incorrecta. «No es lo mismo comer un cambur diario a comer un ramo entero todos los días», dice Maldonado.
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