Venezuela denunció este lunes ante la comunidad internacional una nueva «agresión armada» contra el país, y responsabilizó a los presidentes Donald Trump e Iván Duque por las “imprevisibles y peligrosas” consecuencias que traerá.
A través de un comunicado, el canciller Jorge Arreaza aseguró que desde el país vecino se organizó una incursión «mercenaria y terrorista» contra autoridades del Estado y la paz de la nación.
“La República Bolivariana de Venezuela responsabiliza a los gobiernos de Donald Trump e Iván Duque por las imprevisibles y peligrosas consecuencias de esta ola de provocaciones y agresiones mercenarias contra el pueblo venezolano, y ratifica su indeclinable decisión de defender el territorio, la soberanía, la democracia y la paz del pueblo venezolano”.
Además, acusan a esos gobiernos de no atender el llamado que hizo la ONU a cesar las hostilidades en el mundo por la pandemia del coronavirus:
«Venezuela alerta al secretario general y al Consejo de Seguridad y a los demás órganos de Naciones Unidas sobre esta escalada, que además de ser violatoria de las Resoluciones 42/9 del Consejo de Derechos Humanos y 74/138 de la Asamblea General de Naciones Unidas en contra de la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación, se produce en medio de una pandemia mundial, desatendiendo el llamado de la Secretaria General al cese de hostilidades en el mundo».
Arreaza sostuvo que los hechos que se registraron este 3 de mayo en las playas del estado La Guaira, se suman a las acciones «agresivas» organizadas por EEUU contra el gobierno nacional.
INFUNDADAS
El Gobierno colombiano rechazó este domingo por «infundadas» y «especulativas» las acusaciones del gobierno venezolano según las cuales los señalados como mercenarios, que intentaron una incursión vía marítima al país caribeño, procedían de territorio colombiano.
A través de un comunicado, indicaron que las acusaciones buscan comprometer al Gobierno de Colombia en una “trama especulativa”, además de un intento más de “desviar la atención de los verdaderos problemas que vive el pueblo venezolano”.
El Gobierno colombiano pidió a la comunidad internacional que rechace este tipo de acusaciones.
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