“No vamos a acatar esa sentencia del TSJ, vamos a combatirla”, sentenció el dirigente nacional de Acción Democrática (AD) y diputado AN, William Dávila, mientras que Negal Morales, su colega por partida doble: adeco y parlamenrtario, considera que la decisión judicial sobre la directiva nacional del partido blanco, abrirá nuevas posibilidades para que el partido acuda a la contienda electoral.
Así de disímiles son las posturas dentro del partido blanco, o al menos, así aparentan serlo. Dávila se suma a militantes como los gobernadores de Nueva Esparta y Táchira, quienes apoyan a Henry Ramos Allup, mientras que Morales apoya a Bernabé Gutiérrez, a falta del de su propia hija, la embajadora de Guaidó en Chile, Guarequena Gutiérrez, quien repudió la decisión del Supremo.
«Creo que lo de ayer abre una puerta para que Acción Democrática se reencuentre en el camino de la lucha civil en el que podamos participar en las elecciones y ganar los espacios«, dijo Morales, para quien los llamados a la abstención por parte de la directiva presidida por Ramos Allup, le han dejado el camino libre al chavismo para que se mantenga en el poder.
Pero Dávila asegura que no están garantizadas las condiciones para unas elecciones verdaderamente libres con la nueva directiva del CNE, aunado a ello, acusa la decisión del TSJ de entregar los símbolos del partido a quien no cuenta con el respaldo ni de uno de los 350 CES (Comités Ejecutivos Seccionales) de la tolda blanca en todo el territorio nacional.
Sosotiene que dicha decisión es el resultado de maniobras de Bernabé Gutierrez, a quien acusó de “venderse al régimen” para obtener un cargo en la nueva directiva del CNE (recordemos que es hermano del nuevo rector del CNE, José Luis Gutiérrez) y por parte del Gobierno como una “perversidad mayor como instrumento de hegemonía política”