En momentos cuando la vacuna contra el COVID-19 parece que no la veremos en 2020, un medicamento para contrarrestar los efectos del nuevo coronavirus sí está prácticamente a punto de comercializarse, aunque en medio de una controversia mundial por el acceso al mismo,.
Se trata del Remdesivir, un antiviral que ralentiza la producción de nuevas partículas de virus, desarrollado por la farmacéutica estadounidense Gilead Sciences, la cual, a diferencia de lo propuesto por gobiernos como el de China, en cuanto a la gratuidad de la vacuna contra la enfermedad, ya anunció que lo venderá a 390 dólares el vial, para los gobiernos de países desarrollados, lo que elevaría el precio del tratamiento habitual a 2.340 dólares por paciente y el de las terapias más largas a 4.290 dólares.
No es lo único que hace tambalear el acceso a este medicamento, unos de los primeros en ser efectivo para tratar la COVID-19. El pasado lunes la Administración de Estados Unidos anunció un acuerdo con la farmacéutica californiana mediante el cual Washington prácticamente acapara toda la producción de los próximos tres meses.
El acuerdo con Gilead garantiza 500.000 tratamientos, equivalente al 100% de la producción de julio, 90% de la producción en agosto y 90% de la producción en septiembre. El resto del mundo tendrá que repartirse el 10% de la producción de agosto y el 10% de la producción de septiembre.
Al inicio de la pandemia, varios gobiernos se lanzaron de cabeza a una guerra sin cuartel para tratar de asegurarse suministros médicos y de protección. En el caso de EEUU, ha acudido incluso a su Ley de Producción de Defensa para frenar la exportación de ciertos suministros médicos fabricados en EEUU.
Científicos, médicos, políticos, entre otros sectores califican de alarmante la compra de la producción de Remdesivir. Temen que el Gobierno de Trump, que no ha conseguido poner bajo control la pandemia, intentará aplicar la misma estrategia de acumulación, con potenciales nuevos tratamientos o con la eventual vacuna.
Europa aprueba el Ramdesivir, pero…
La Comisión Europea (CE) autorizó este viernes el uso del fármaco después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) diera luz verde a su comercialización.
Sin embargo, la compra de EEUU deja prácticamente sin acceso a Europa y buena parte del resto del mundo, al fármaco, máxime cuando Gilead tiene la patente del Remdesivir, lo que impide que lo produzcan otras compañías en países desarrollados.
Y aunque lugares como India o Bangladesh tienen autorización para fabricar y vender internamente genéricos (igual que otros 125 países pobres o en vías de desarrollo a los que Gilead también lo permite hasta que la Organización Mundial de la Salud declare el fin de la pandemia), la distribución está vetada fuera.
Otro medicamento que ha demostrado una limitada reducción de la mortalidad, en casos críticos, es la dexometasona. En este caso, se trata de un esteroide tan común y barato que el suministro no es problemático. Sin embargo, el gobierno británico acaparó existencias de dexametasona.
A todas estas, EEUU alcanza nuevos récords de infecciones diarias, y al principal epidemiólogo del país, el doctor Anthony Fauci, no le sorprendería «si llegáramos a 100.000 al día».
FOTO: Vía Reuter